La minería ilegal continúa expandiéndose en Cascabamba, provincia de Contumazá, ante la preocupante indiferencia de las autoridades. Esta actividad, que también se replica en varias provincias de Cajamarca, opera sin control ni fiscalización, generando graves impactos a las comunidades locales.
La falta de acción estatal alimenta un problema que crece a la sombra, mientras los responsables siguen actuando con total impunidad. Pese a que los daños ambientales y sociales son evidentes, no se han implementado operativos sostenidos ni mecanismos efectivos de control.
Según información de los pobladores del lugar son varios grupos los que han ingresado a la zona, con amenazas, incluso generando enfrentamientos, los pobladores no pueden hacer nada porque son amenazados con armas de fuego, muchos comuneros se sienten desprotegidos e indefensos.
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