miércoles, 28 de septiembre de 2016

GOBERNAR UN PUEBLO ES COMO JUGARSE UN PARTIDO DE FÚTBOL CON CORAZÓN


Por Britaldo Tirado Medina
Poeta y Escritor
El pueblo espera que sus gobernantes jueguen limpio, sin trampas, que no embauquen al pueblo con falsas promesas electoreras, que no actúen con comportamientos matonescos, respaldado por bravucones. Qué su equipo de trabajo no haga goles tramposos, con mano sucia o la intervención de algún corrupto, que sus defensores no sean patibularios o sujetos de mal vivir. Que su medio campo posea lucidez, prudencia, humildad decencia e inteligencia. 

El pueblo está cansado de gobernantes soberbios, arrogantes, petulantes y jactanciosos. Que se desprendan de ese complejo de resentimiento con la oposición. Que su delantera posea entrega incondicional y lealtad permanente al pueblo que sepan escuchar a los vecinos sus críticas y opiniones. Escuchar es una obligación para quien tiene que rendir cuentas. Y no encerrarse con cuatro convenidos que aplaudan para dar legitimidad a la indecencia.

Que no estén cansados, crispados o molestos para atender al pueblo. Que se autoevalúen para no hacer del error el menú diario. Que no respondan con bravuconadas de un mal elemento. Que sus equipos de trabajo no solo estén preparados para 90 minutos sino que los que lo acompañen sean capaces de dar si es posible horas extras o sea jugarse los suplementarios con corazón, despercudiéndose de partido, agrupación político o interés alguno. 

Que no jueguen distraídos, desanimados o solo hagan las cosas por cumplir. Que jueguen como el mejor partido de su vida. Su equipo debe ser de humanos calificados y no por amigos u comodines que siempre merodean a la miel. Que las decisiones lo hagan con trasparencia, con cosas claras. El pueblo juzga a sus autoridades no por discursos elocuentes, promesas soñadores sino por sus grandes obras.

Cuando tengan que salir lo hagan por la puerta de la gloria, la puerta grande, agradecidos, como ejemplos para la juventud y no se corran porque detrás de ellos hay, desfalcos, malversaciones, obras sobrevaluadas o mal ejecutadas; en fin, corrupción para ser más exactos. Por favor que estos calichines de política no acaban consumidos y mareados la conciencia por el poder.

No hay comentarios:

Publicar un comentario