Por razones diversas, como afiliación a un partido distinto, condena por tenencia ilegal de arma de fuego, no acreditar residencia por más de dos años en el lugar al que postula, entre otras, listas de candidatos son inadmisibles.
Las elecciones regionales en Cajamarca van por mal camino. De las 8 listas presentadas ninguna ha podido ser admitida por el Jurado Nacional de Elecciones. En esta situación, los candidatos deben presentar argumentos y pruebas para que se levanten las observaciones, el jurado se toma su tiempo para responder si acepta o no dichos elementos. En el caso de aceptarlos, la ciudadanía —incluidos los demás candidatos— tienen la potestad de presentar tachas a cualquiera de las listas que hayan sido admitidas.
Por lo expuesto, la posibilidad de que Cajamarca llegue al 7 de octubre sin candidatos habilitados para ser electos es alta. Este fenómeno puede responder a factores diversos; sin embargo, entre ellos destaca elocuentemente la improvisación.
Los candidatos y las agrupaciones políticas a las que representan no tienen, en su mayoría, una estructura orgánica que garantice un soporte adecuado para la candidatura de aquellos que aspiran al Gobierno Regional. Lo que prima es la especulación política, buscar cuál puede ser el ganador sin dar el tiempo a que se expongan sus puntos débiles e incluso posibles aspectos negativos de sus trayectorias.
La preocupación por el poder vence, lamentablemente, a cualquier deseo por el servicio honesto a la ciudadanía. Más aún si se considera que la plaza electoral de Cajamarca es importante dentro de la geopolítica nacional, puesto que se trata de una región con gran cantidad de recursos naturales.
Pero, además, Cajamarca es una región sufrida y castigada por una absurda pobreza y un alto grado de ideologización que se ha convertido en un serio obstáculo para el desarrollo. Estos factores hacen difícil realizar una buena gestión en la región; lo cual, sumado a la improvisación mostrada por los candidatos, eleva el peligro del continuismo y estancamiento económico, los cuales están teniendo como consecuencia una seria crisis social y de valores.
En este panorama, es posible que se realicen elecciones complementarias para la región cajamarquina en el 2019. ¿Será acaso una oportunidad para reflexionar mejor sobre el tipo de gobierno que más conviene a los cajamarquinos?
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