Héctor Antonio Cabrera Hoyos, director de del Instituto Nacional de Investigación Agraria (INIA) en Cajamarca, indicó que están planteando cultivos con semillas, que requieren tiempo corto de desarrollo y siembras escalonadas, para enfrentar el cambio climático. También dijo que proponen el uso de bioabonos con desechos de los animales de crianza para fertilizar las tierras agrícolas.
“En Cajamarca estamos apostando por cultivos de corto periodo vegetativo y se vienen cultivando variedades que sean precoces para tener menos tiempo en el suelo y menos agua. Tenemos variedades muy tardías y en ese sentido como INIA tenemos varias alternativas de variedades de 110 a 120 días como son Poderosa, Capsa y Bañosina, últimamente la variedad que se lanzó la INIA 333 Chugayna”, dijo a través de Red de Comunicación Regional (RCR).
Señaló que otra de las opciones es sembrar semilla de un tamaño mediano para tener las suficientes reservas ante un factor de déficit hídrico o algún otro inconveniente. “Igual las siembras escalonadas. Recomendamos a los agricultores que, si quieren un lote para una hectárea, por ejemplo, de maíz o de papa, no sembrarlo todo sino fraccionarlo en dos o tres siembras con una frecuencia de 10 a 15 días para evitar que puedan perder toda su cosecha”, indicó.
“Hoy día tenemos un evento bastante grande acá en la estación experimental y estamos tocando esos temas para que los agricultores cuando regresen a sus campos puedan implementar y a la vez estamos coordinando con las autoridades locales para poder implementar todas estas medidas”, expresó.
Informó que tienen un centro piloto de producción de bioabonos y biofertilizantes, que permitan retener la materia orgánica, generar materia orgánica y tener los nutrientes y no tener plantas tan débiles, que no puedan tener mecanismos de defensa de repente ante cualquier factor adverso aparte de la sequía.
Sostuvo que en los lugares donde hay cochas o reservorios están recomendando que las pendientes en las que se tenga que trazar los surcos sean lo mínimo, para que el agua por gravedad que pueda ser utilizado en este tipo de riego no se vaya del todo y de alguna manera sea mucho más lento el desplazamiento también del agua.
“También tanto para los temas forestales también estamos recomendando de repente el uso de hidrogeles agrícolas para poder retener agua en algunas plantaciones perenes uso de alguna cobertura vegetal para poder retener la poca humedad que podamos tener. Igualmente estamos tratando de inculcar a los agricultores labranza mínima o labranza cero para que el suelo no sea removido y se seque en su totalidad”, apuntó.
Precisó que en Cajamarca hay más o menos 6 millones de cuyes y de la excreta de cuy se puede conseguir hasta 7 kg al año. “Estamos tratando de utilizar los residuos de los animales, sean bovinos, ovinos, cuyes, y los residuos de rastrojos de cosecha, dándoles un debido tratamiento. Estamos dando recomendaciones de estos bioabonos y bioestimulantes, y tal vez también el uso de algunas bacterias que puedan ayudar a tener un complejo de tal manera que puedan desintegrar más rápido la materia orgánica”, explicó.
“Cajamarca tiene más de 31 mil hectáreas circunscritas en cuatro o cinco provincias que son más del 50%. Afortunadamente todavía las épocas siempre son en campaña grande a partir de noviembre y diciembre. Entonces, por lo tanto, todavía no se puede cuantificar, sin embargo, en algunas zonas donde se produce todo el año papad se va sintiendo pues ya requiere el agua justamente en la etapa de llenado de tubérculos”, subrayó.
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