“En esta coyuntura, resulta no solo urgente repensar el proceso de descentralización, sino hacer lo propio con el sistema de inversión pública en su conjunto. De lo contrario, no será posible implementar los proyectos necesarios para mejorar la calidad de vida de todos los peruanos”, dijo en la secuencia “El vigía” de RCR.
Observó que, nuevamente el pobrísimo nivel de ejecución de los presupuestos de prevención, a pocos meses de la segura llegada de El Niño, ha puesto sobre el tapete la discusión sobre el proceso de descentralización. “Y es que los gobiernos subnacionales han mostrado una enorme falta de capacidad para canalizar esos recursos con los fines para los que habían sido asignados con niveles de ejecución que en promedio no superan el 30%, algo absolutamente inadmisible dadas las urgencias que buena parte de las regiones de nuestro país enfrenta”, indicó.
“Conviene no perder de vista que el proceso de descentralización ha transformado de manera dramática la distribución de la inversión pública transfiriendo buena parte del control de esta a las instancias subnacionales, que han pasado de controlar el 31% del presupuesto de inversión en el año 2008 a poco más del 71% en el año 2022”, expresó.
Precisó que la peor ejecución general la exhiben los municipios provinciales, con niveles por debajo de los distritos. “El desempeño de las instancias regionales es algo mejor, aunque con algunas importantes fluctuaciones. En lo que atañe a las prioridades de inversión, si nos atenemos al componente más social de dicho portafolio, es decir educación, saneamiento y salud, el porcentaje del presupuesto destinado a estos tres rubros para el periodo 2008-2022 fue de 12%, es decir, más o menos 4% para cada uno de estos tres sectores, que son fundamentales para el bienestar de nuestra ciudadanía”, apuntó.
Señaló que el porcentaje invertido en obras públicas es lo mismo que se gasta en sufragar la contratación de consultores y gastos corrientes. “Llama poderosísimamente la atención esta distribución del gasto considerando que uno de los principales argumentos que le dio impulso al proceso de descentralización fue precisamente la mayor cercanía que los gobiernos locales tiene con los ciudadanos, que los llevaría en principio a ejecutar proyectos que respondan mejor a las expectativas y necesidades de la población local, algo que lamentablemente en la práctica no se ha dado”, apuntó.
“De otra parte, la inversión del gobierno central se ha ubicado de manera consistente por encima de los indicadores los gobiernos subnacionales, alcanzando el año pasado récords por encima del 90%. No obstante, el desempeño es bastante heterogéneo. Así, si revisamos cómo ejecuta el Ministerio de Educación, el de Salud y el de Vivienda, el desempeño es tan deficitario como el peor de los gobiernos subnacionales. En ese sentido, no hay mayores diferencias”, comentó.
Explicó que múltiples son las razones detrás de estos rezagos. “Desde la limitada capacidad de gestión, la falta de funcionarios idóneos, pasando por los pésimos expedientes técnicos, que muchas veces terminan trabando la ejecución y desembocan en dilatadas y costosas disputas. También influye la renuencia de los gerentes a firmar contratos por temor a ser arrastrados en desgastantes procesos judiciales”, subrayó.
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